HISTORIA DE NUESTROS PRODUCTOS

Aunque el origen de la bañera se remota al año 1800 a.C., en Babilonia o Creta, según las fuentes, las primeras bañeras exentas con patas surgieron a finales del siglo XIX en plena era victoriana.

Este tipo de bañeras antiguas de hierro con patas y sus características formas redondeadas, adornaban los baños de los hogares de las familias más pudientes y era un signo de lujo, alto poder adquisitivo y distinción.

Se fabricaban de una sola pieza de hierro fundido y estaban recubiertas por una gruesa capa de cerámica, lo que les otorgaba una gran robustez.

Por su belleza, una bañera con patas no era únicamente una pieza más del baño, sino que estaba a la misma altura que el resto de los muebles de la casa. Una de sus principales características, eran sus patas torneadas de hierro, vestidas con motivos vegetales o en forma de garra o cabeza de animal.

Alrededor de 1925, con la llegada de nuevos materiales y el crecimiento de la fabricación en serie, este tipo de bañeras de hierro fundido comenzó a declinar, ya que eran demasiado costosas de fabricar.

A día de hoy, y gracias a sus voluptuosas formas y su aire sofisticado y de ensueño y su punto vintage, este tipo de bañeras, se han convertido en objetos de culto y son muy buscadas por diseñadores e interioristas de todo el mundo para la decoración de interiores.

Pero claro, al ser piezas que tienen más de 100 años de antigüedad, son difíciles de conseguir.